06 Jun 2022

Opinión pública y proceso constituyente: los temas que abrieron el Ciclo Café Con USEC 2022

El primero de cinco encuentros orientados a invitar a “Decidir en Conciencia”, contó con la exposición de Natalia González, directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo, y Emilio Sanfuentes, socio director de Corpo Comunicaciones.

USEC, Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos, comenzó este miércoles 1 de junio el Ciclo Café Con 2022. A diferencia de años anteriores, en esta ocasión “queremos abordar las distintas aristas del proceso constituyente, invitando a nuestros socios y sus colaboradores a informarse y formarse para ‘Decidir en Conciencia’”, según explicó nuestro Presidente, Francisco Jiménez.

“En USEC entendemos la relevancia e impacto que la constitución puede y debe tener en la sociedad y muy particularmente en la definición de condiciones que permitan el desarrollo humano integral y la búsqueda del bien común”, complementó Francisco Jiménez.

En este encuentro, nos aproximamos a “Opinión Pública y proceso constituyente”, donde pudimos conversar con Natalia González, directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo (LyD), y Emilio Sanfuentes, socio director de Corpo Comunicaciones.

“No puedes consagrar un estado social que torpedea el progreso”

Natalia González durante su exposición presentó una mirada general del proyecto. En líneas generales, aunque señaló que “está muy bien” “ver qué parte de la Constitución le pega, le aprieta el zapato a uno”, sugirió no “quedarse sólo ahí: Uno tiene que mirar la propuesta constitucional como un conjunto integral y ver cómo se van a correlacionar los distintos capítulos de ella de cara a la futura convivencia”.

González señaló que la Convención Constitucional “propone un orden pretrazado: nos propone una sociedad que tiene un solo fin determinado, no puede prosperar otro proyecto personal o social”, siendo que “hay más calidad de vida cuando el sector privado tiene espacios para desarrollar sus proyectos”.

“Cuando yo hablo de que para aspirar a una mejor calidad de vida el sistema político es crucial, lo es, pero es crucial también cómo esta Constitución potencia o no a la sociedad civil y a los individuos, que son los motores del progreso”, reflexionó. “Desde mi punto de vista”, explicó, esta propuesta “los debilita”, porque “quita libertad para los derechos sociales, que son preferentemente si no exclusivamente otorgados por el Estado”, “al restringir el derecho de propiedad, que queda más debilitado frente a la Constitución actual”, y un “Estado planificador” que dificulta el “emprendimiento”.

“Ver la Constitución como la solución a todos nuestros problemas es un error. Hay instituciones que hay que corregir, que hay que cambiar (…) y entrar a perfeccionar. Nuestra constitución es fruto de experiencias y aprendizajes”, profundizó González. “Lamentablemente no tengo una visión muy halagüeña del trabajo de la Convención. Hay propuestas basadas en diagnósticos errados, en sentires emocionales, que no pueden ser el único factor que influye en nuestras decisiones”, indicó la directora del Área Constitucional de LyD. 

La propuesta constitucional, explicó González, plantea un “eje de colectivos que la Convención determinó que merecían una especial atención por parte del Estado, y quienes no están en esos colectivos tienen derechos más frágiles. Estas cuestiones más generales atraviesan el borrador, de pé a pá”.

Con respecto a elementos positivos del proyecto, opinó que “hay cuestiones razonables” como el principio de responsabilidad fiscal, el estado social y democrático de derecho o la continuidad de la autonomía del Banco Central. Sin embargo, explicó que “no puedes consagrar un estado social de derecho que torpedea el progreso, tiene que ir de la mano de un mercado pujante”, lo que ejemplificó con el caso europeo.

La perspectiva de las comunicaciones

Emilio Sanfuentes centró su presentación en la comunicación. “El método es el mensaje”, explicó. Por eso, ante la pregunta de “cómo se llegó a este punto en que el rechazo se está imponiendo hace ocho semanas”, señaló que un elemento a considerar es “la credibilidad en quienes la elaboraron”. “Este proceso se ha caracterizado por el mensaje”, que tiene dos dimensiones, una “semántica” y otra “estética”, remarcó.

En el caso de la Convención, señaló que “se desconocieron los fundamentos culturales de un grupo relevante de la población”, lo que la llevó a “no calibrar la importancia del proceso” buscar un proyecto “maximalista” y desarrollar una “pulsión refundacional”, cuando “el país no buscaba una refundación en esta magnitud”, que presenta “temas controversiales” como “plurinacionalidad, igualdad, democracia y seguridad”.

“Hay una encrucijada empresarial evidente: ¿cuán pasivos o activos ser frente a lo que está en juego? Cómo bajar la información de la Constitución en su estructura interna”, se preguntó. En el caso de su empresa, relató que “hace un mes y medio, en esta oficina los estructuré en seis grupos de seis con la tarea de desmenuzar el proceso y consensuar un análisis, entre personas que vienen de distintos mundos políticos. Lo que les presenté hoy fue el resultado colectivo de Corpo”. 

Con respecto a la “estructura argumental de las campañas”, destacó que el Apruebo busca un “voto ideológico”, basado en que “no importa el contenido, lo que importa es dejar atrás la Constitución de Pinochet”. Al mismo tiempo, la campaña del Apruebo se centrará en los derechos sociales que reconoce el proyecto. Por el lado del Rechazo, explicó que se centrará en los “contenidos de normas y propuestas”, promoviendo un voto “racional”. En ese contexto, señaló que la “encrucijada de la oposición” es si “tomar rol activo o dejar espacio a la sociedad civil”.

Ante las expectativas del resultado del proceso, las resumió como “el síndrome del Mito Pereira: el plebiscito de salida está marcado por un escenario incierto donde ambas alternativas tienen opciones de ganar. Van a perder en la última línea”. Por eso, quiso “invitar a la gente a que se involucre, lo que enfrentamos es el hito político más importante desde 1988 en adelante: conversar los temas, afrontarlos, masticarlos y decidir en conciencia”, concluyó.